17 julio 2025

[ Episodio 3] Un viaje de aprendizaje y fe. Anna Pingwie, egresada en Teología

Una orientación clara, tras la incertidumbre

«Estuve a punto de rendirme… y entonces encontré Domuni. Todo cambió.»

Descubrí Domuni casi por casualidad, buscando una formación a distancia que realmente se adaptara a mis necesidades. Tras una larga búsqueda sin éxito, estaba desanimada. Y entonces encontré Domuni. Para mi sorpresa, era exactamente lo que estaba buscando.

Lo que me convenció de inmediato fue la posibilidad de seguir un programa a mi propio ritmo. Un programa previsto para un año puede realizarse en dos: una verdadera oportunidad cuando se debe conciliar la vida académica con la vida personal. Otro aspecto esencial fueron los costes de matrícula, mucho más asequibles que en otras instituciones.

La combinación de una estructura sólida y una verdadera autonomía

«Domuni me apoyó cuando lo necesitaba, y al mismo tiempo me permitió avanzar a mi ritmo.»

Los contenidos pedagógicos eran, en general, claros y enriquecedores. Algunos cursos me parecieron más complejos, incluso algo difíciles de seguir en solitario, pero logré perseverar.

Lo que marcó la diferencia fue la calidad del acompañamiento académico. Mis dos tutores siempre estuvieron disponibles y atentos. Respondían rápidamente a mis preguntas, lo cual fue un verdadero apoyo.

La flexibilidad de la formación a distancia fue un componente esencial de mi éxito. Me permitió mantener el compromiso, sin comprometer mis responsabilidades familiares ni profesionales.

Competencias duraderas, más allá de la formación

«Aprendí a perseverar, a organizarme… y sobre todo, a creer en mí misma.»

Domuni no solo alimentó mi reflexión: esta formación en teología transformó mi forma de ser. Adquirí una verdadera rigurosidad en la gestión del tiempo, una metodología estructurada de trabajo, que me permitió entregar mis trabajos a tiempo a pesar de una vida diaria muy ocupada.

El estudio en autonomía me enseñó a ser disciplinada, a motivarme sola, a avanzar incluso sin apoyo directo. Desarrollé una resiliencia valiosa, enfrentando diversos obstáculos: falta de recursos, dificultades económicas, resultados a veces por debajo de lo esperado… pero nunca me rendí.

Este camino también me permitió fortalecer una autoconfianza sólida. Hoy sé que soy capaz de aprender, reflexionar y evolucionar, incluso en soledad.

La teología como motor de transformación relacional

«Aprendí a ser más paciente, más abierta, más atenta.»

Lo que recibí en Domuni va mucho más allá del saber. Toda mi manera de relacionarme con los demás ha evolucionado. En particular, en mi trabajo con las mujeres que acompaño día a día. Los cursos de teología me ayudaron a comprender mejor a los demás, a acoger sus fragilidades sin juzgar.

Aprendí a reconocer que Dios actúa en cada vida, a menudo de forma discreta. Esta conciencia cambió mi mirada. Me volví más disponible, más serena. Este cambio interior irradia a mi alrededor: las mujeres que acompaño se sienten en confianza, respetadas, escuchadas. Tal vez este sea el fruto más hermoso de esta formación en teología.

Aunque ya no pienso continuar con un doctorado, estoy profundamente agradecida de haber podido realizar este recorrido.

Un espacio de aprendizaje altamente recomendable

«Lo que encontré en Domuni merece ser compartido.»

Ya he hablado de Domuni a varias personas. Durante mucho tiempo, los estudios en línea han sido objeto de prejuicios. Pero eso está cambiando. Hoy, muchas personas buscan una formación seria y flexible, compatible con sus compromisos profesionales y personales.

Domuni ofrece un marco riguroso, pero humano. Una estructura que permite progresar, a su ritmo, sin sentirse nunca abandonado. Y una comunidad activa, incluso a distancia.

Claves para comprometerse plenamente con el recorrido

«Estén presentes, participen. Domuni es un lugar de intercambio tanto como de estudio.»

Para tener éxito en Domuni, no basta con ser buen lector o buena redactora. También es necesario involucrarse activamente en la formación: respetar los plazos, seguir las consignas, pero sobre todo, participar en los foros.

Estos espacios de intercambio son fundamentales. Permiten salir del aislamiento, confrontar ideas, compartir preguntas. Son parte integrante de la experiencia Domuni.

El aprendizaje aquí también es colectivo. Y cada persona, a su manera, contribuye a dar vida a esta comunidad intelectual y espiritual.