El seguimiento de Cristo en la escuela de santo Domingo de Guzmán

Estamos ante uno de los puntos en los que se ha hecho presente siempre una cierta tensión: vida comunicaría y misión-predicación. Sólo desde un concepto positivo de la tensión se puede orientar satisfactoriamente el problema. La obra del Espíritu en los orígenes de la Iglesia y en los orígenes de la Orden impulsa, al mismo tiempo, a la construcción de la comunidad y su misión universal. Si la vida comunitaria-contemplativa detiene la predicación, o no la promueve, o si la misión hace imposible la vida comunicaría, el proyecto dominicano queda herido de muerte, porque pierde sus señas de identidad. Armonizar, equilibrar, fecundarse recíprocamente es tarea urgente.

Autor: Emilio Barcelón Maicas. OP

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